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ABRIL 2021
Con el fin de curso a la vuelta de la esquina, toca aplicarse y dedicarle horas extras a los estudios. Pero no debemos olvidar que, tan importante como mantener nuestra mente activa y descansada para poder afrontar las semanas venideras, también lo es darle al cuerpo su dosis de actividad.
Así que, como a raíz de la pandemia por COVID-19 se desaconseja la práctica deportiva en gimnasios y otras áreas deportivas, hoy te proponemos unas rutinas básicas, dentro y fuera de la residencia, que podrás realizar para escapar de la presión de los inminentes exámenes finales, reducir la ansiedad, dormir mejor y evitar oxidarte. ¿Empezamos?
Además de que son muy fáciles de realizar, las flexiones no solo incrementan nuestra fuerza sino que, además, mejoran la flexibilidad y ayudan a potenciar el sistema cardiovascular. De otro lado, también son idóneas para estirar los grupos musculares y mejorar la postura.
Si nunca has realizado flexiones, empieza poco a poco con series pequeñas trabajando el tren superior apoyándote en la pared. También puedes complementar con rutinas cortas en el suelo o sobre una esterilla.
Recuerda que lo más importante si quieres practicar ejercicios de sentadillas, es que tus rodillas estén mirando en la misma dirección que las puntas de tus pies. Y puedes realizarlas, para añadir más intensidad al ejercicio, con los brazos hacia adelante. Si al principio te resulta difícil mantener el equilibrio, no desesperes. ¡Seguro que en pocos días las controlas!
Las sentadillas son geniales para trabajar el tren inferior, pues ayudan a fortalecer los glúteos y los cuádriceps, contribuyen a la quema de calorías y previenen el riesgo de lesiones. Además, puedes practicarlas en tu habitación de la residencia sin necesidad de ningún material deportivo extra. ¡Dale!
¿Sabías que la musculatura abdominal, por encontrarse en el centro del cuerpo, está implicada en prácticamente todos nuestros movimientos? Hacer abdominales en la residencia, además de ayudarte a mantener esta zona tonificada, también aliviará los problemas de espalda que, seguro, algunas veces has padecido por pasar mucho tiempo sentado delante de los libros o la pantalla del ordenador. Asimismo, hacer abdominales refuerza el diafragma y los músculos intercostales y te ayudará a incrementar la calidad y la potencia de tu respiración.
La marcha (o caminata) nórdica o caminata nórdica es un tipo de ejercicio que se originó en Finlandia en la década de 1930 como entrenamiento de verano para los esquiadores de fondo profesionales. Y consiste básicamente en echarse a andar usando unos bastones muy similares a los del esquí, con los que se consigue trabajar los músculos del tren superior y propulsar con ellos el avance de nuestros pasos.
La marcha nórdica consume un 40% más de energía que la caminata convencional, por lo que es idónea si, además de mantenerte en forma y reforzar tus articulaciones quieres aumentar tu capacidad cardiovascular y perder algo de peso.
Si hay un ejercicio completo, asequible, apto para todos y lleno de beneficios, ese es sin duda el footing. Tanto, que solo necesitarás un par de zapatillas para practicarlo. Y además, no se requieren unas capacidades físicas ni técnicas enormes para poder practicarlo.
La práctica habitual del footing mejora nuestra condición física global, mantiene el corazón el forma, mejora la concentración y el descanso, libera endorfinas y, por tanto, es magnífico para controlar la ansiedad y el estrés. Así que, si la presión académica se te hace muy cuesta arriba, no lo dudes; ¡corre!
Si ya tienes un buen fondo físico, te gusta el pedaleo y amas perderte en la Naturaleza, lo tuyo es el ciclismo de montaña. Está clínicamente probado, además, que es uno de los deportes más completos que existen para prevenir dolores de espalda y articulaciones. Y uno de los mejores para “desconectar” mentalmente de todo porque proporciona una gran experiencia de libertad.
El ciclismo de montaña te permitirá además estar a solas contigo mismo, mejorar tu atención y concentración y deshacerte del estrés diario. Seguro que, al bajar de la bicicleta y darte una ducha, te sentirás física, mental y emocionalmente nuevo.