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FEBRERO 2017
Aunque te suene a tópico, la experiencia que te brinda el vivir en una residencia universitaria marca un antes y un después en tu vida.
Si está cercano tu estreno en la universidad o ya has comenzado a cursar la carrera, pero te estás planteando sustituir el piso compartido por la residencia, estas son sus ventajas más destacadas:
Como todo en la vida, es una moneda de dos caras: gozas de total libertad para marcar los tiempos de tu vida, pero, al mismo tiempo, debes cumplir con tus obligaciones de convivencia y académicas, aunque no siempre te apetezca.
Sin darte cuenta, estarás madurando y haciéndote cada vez más autónomo. Tus compañeros de residencia te ayudarán, al igual que tú ayudarás a ellos en ese camino.
Piensa que el trato se da casi a lo largo de las 24 horas del día, 7 días a la semana, durante muchos meses. La complicidad y amistad que allí se forjan son difíciles de igualar y, aunque, en muchas ocasiones, sientas que pierdes algo de privacidad con tanta pregunta, te estén rayando con sus problemas amorosos o no soportes los "rumores", estos amigos estarán ahí para apoyarte en los malos momentos y ofrecerte distintos puntos de vista. Y quién sabe si encontrarás al amor de tu vida o hasta te puedan sacar de algún apuro laboral.
La inmensa mayoría de los que han compartido esos años en una residencia universitaria coincide en lo mucho que han reído, hablado, escuchado, aprendido con esa gran familia. Sin duda, no serían lo que son hoy sin ese bagaje. Pocas experiencias te resultarán tan enriquecedoras y entrañables.
Tómate tu tiempo para recabar información y no dejes pasar la oportunidad de embarcarte en esta experiencia de continuos descubrimientos. ¡No te arrepentirás!